lunes, 5 de mayo de 2008

DOS COSITAS DE VIDA, LOREN

Hay dos cositas que me han movido un poco más mi corazoncito y me han hecho pensar y emocionar: un médico y unos mensajes de mail. La primera “cosita” se refiere al documental que vi en la tele “Las alas de la vida” que narra a la perfección la lenta degradación que produce la enfermedad en el cuerpo de una persona, y que sin embargo no mermó de ningún modo la actitud de este médico enfermo ante la vida. Me hubiese gustado comentarlo contigo en la reunión de los viernes en el Balear, analizar el positivismo de este hombre sin creencias religiosas y que mantenía una fe ciega en aferrarse a la vida, a ese regalo que nos han dado nuestros padres, a dar gracias por descubrir estupendos amigos con los que conversar y pasar veladas estupendas. No pude menos que establecer lazos de conexión entre su manera de enfocar la vida y la tuya misma. La vitalidad os unía profundamente, vitalidad que ha sabido mantener hasta su reciente muerte de hace pocos días. Inevitablemente ligué las dos maneras de morir: la lenta agonía del cuerpo descrita magistralmente en el documental y tu súbita desaparición. En ambos casos parecen que se cumplen los designios de la naturaleza, y en ambos, no puedo dejar de pensar en la injusticia de ambas cosas. Lo positivo de las dos desapariciones es que no han sido vanas, que han dejado poso entre las personas más allegadas y que cuando se cuentan sus vivencias el resultado no ha dejado indiferente a nadie. ¡Olé a los dos!
La segunda “cosita” tiene que ver con la cantidad de mails que circulan entre los de la colla. Me refiero a los que tienen como referencia los que tocan los sentimientos más allegados y profundos. Cuando alguno de nosotros pesca algún de estos correos enseguida lo comparte con los demás Toda una declaración de principios sobre la amistad, el paso del tiempo, la muerte, la vida, la religión… ¡qué bonito! Los sentimientos se expresan de muy diversas maneras: no sólo con el cuerpo ( con las manos, los ojos, la cara…) sino con la palabra. Cuando uno lo siente dentro y no sabe expresarlo en toda su plenitud con palabras ni escribirlo como lo ha visto escrito, mantiene un estado de “vigilia sentimental” que hace que busque tesoros íntimos y puedan aplacar la sed. Cada vez que uno de nosotros se topa con un tesoro de este tipo, lo comparte alegremente con los demás, pensando en cada uno de la colla lo que le pasará cuando lo reciba, lo lea y lo asuma en su totalidad. Más de una lágrima se habrá escapado, más de un nudo en la garganta se habrá formado, más de un suspiro de alivio habremos exhalado y más de un reconfortante pensamiento nos habrá tranquilizado en horas bajas.
Por todas estas cosas que nos hacen sentir más humanos, más vulnerables y más necesitados unos de otros, brindo por seguir en este barco de la vida rumbo al destino que marque la brújula personal en nuestro navegar por la vida.
De todo CORAZÓN
Pepe