AC-DC, LOREN

Corriente alterna, corriente continua, dos maneras de que la energía fluya y haga funcionar máquinas, aparatos y demás herramientas inventadas por los hombres para hacernos más sencilla la vida.
Llevaba unos meses en el dique seco, no porque estuviese vacío de seguir comentando cosas y anécdotas mías y de la colla. Más bien me encontraba desganado, con la falsa excusa de no tener tiempo. Me colocaba delante del ordenador con la hoja en blanco y la volvía a cerrar al cabo de poco tiempo, sorprendiéndome a mí mismo de mi falta de fluidez escritora. No será porque no hayan ido pasando cosas, que las ha habido y en abundancia tanto en los miembros de la colla como en mi persona: problemas y preocupaciones del trabajo, enfermedades y lesiones musculares, comidas y reencuentros, alguna excursión, pocas la verdad (se nota que faltas tú como gran instigador y provocador de salidas, reuniones y excursiones). Todavía te recordamos con ese afán vitalista con la que nos esperabas sentado los viernes a las 20 hs en el Balear, comiendo un bocata y aguardando a compartir vida e ilusión, cosas con las que te habías reencontrado a tus 40 añazos y que te volvían a reverdecer tus laureles de tiempos pasados gloriosos.
Pero la asistencia de tu familia al concierto de AC-DC me sacudió por dentro como latigazo. Era el aviso de que no podía quedar indiferente. Todo ello unido a la preciosa carta en el blog de Magda en la que nos da una vez más las gracias por estar ahí, sencillamente por eso. ¡Ay es nada! Magda lo hacemos y lo seguiremos haciendo de todo corazón, por ser vos quien sois y porque tu familia es parte de la nuestra. Lo dijimos una vez y lo corroboramos cada vez que nos juntamos.
Bien, pues tenemos a AC-DC cargando las pilas de vida y energía. Es el AC-DC, Loren, de tus años mozos, que llenaron tu vida, que fueron algo importante en ella y que, cosa de la vida, están llenando la vida de tu familia. Van siguiendo tus huellas, a modo de tierno peregrinaje. Pisan donde tu dejaste tu impronta para seguir reencontrándose contigo, para seguir sintiendo el pálpito anhelante que emanaba de ti, para homenajearte amorosamente, sin lágrimas, sino con vida, y a juzgar por los decibelios de AC-DC, es un vibrante, agudo y estruendoso canto a la VIDA con mayúsculas.
La cosa empezó con Bruce Sprinteen, sigue con AC-DC y ¿Cuál será el próximo homenaje de vida animada?
De todo CORAZÓN
Pepe