TE RECORDAMOS CARIÑOSAMENTE, LISSETTE

Aún nos parece temprano para pensar en paz con el espíritu atormentado.
Aún es pronto para no llorar tristemente cuando oímos tu nombre, Lissette.
Aún nos parece precipitado mirar hacia adelante con cierto optimismo.
Aún no nos creemos del todo que haya una luz al final del túnel.
Aún carecemos de respuestas lógicas al porqué de lo que te pasó y cómo lo vivimos, Lissette.
Aún nos cuesta creernos que la calma gane a la tormenta interior.
Aún es pronto para ir dejando que el dolor le vaya ganando la partida a la serenidad de espíritu y, sin embargo, el dolor es el camino que conduce a la meta: la aceptación y la convivencia con la no presencia de nuestra querida Lissette.
Es un camino áspero, duro, lleno de trabas personales que nos ponemos a nosotros mismos para hacerlo más complicado. Lo sencillo es dejarse llevar por el dolor, la angustia y la desesperación. Lo complicado es luchar por mantenerse de pie, por ver a Lissette al final que nos está diciendo que vivamos, que seamos felices, que nos queramos, que no conseguimos nada apartándonos de su luz y metiéndonos en las malezas de nuestros espinosos pensamientos.
“Recordadme en ese instante eterno de alegría cuando estaba con vosotros, cuando os llenaba los corazones, cuando me sentíais a vuestro lado o cuando pensabais en mí si no estaba presente”…Escuchad los susurros que nos hace Lissette al oído. Solamente nos pide estar calmados para poder escucharla, ya que nos habla suavecito. Escuchad lo que nos dice:
-Disfrutar de mis recuerdos, mantenerme en vuestro corazón. No lloréis amargamente. Con el tiempo me iré volviendo transparente y así podréis ver, a través de mí, todo lo que os rodea y que os seguirá dando sentido. Ganarle al pulso a la vida y ser valientes y felices como yo os he visto siempre. Os haré llegar mi fuerza para poder continuar.
-Solamente os digo hasta luego de todo corazón”
De todo corazón tu profe Pepe y de aquellos que se han cruzado alguna vez en el camino de tu vida.
Navidad 2008