sábado, 30 de enero de 2010

JUBILACIÓN DE NUESTRO QUERIDO LLORENÇ

QUERIDÍSIMO Y ESTIMADO LLORENÇ:

Hace 17 años que nuestras vidas se cruzaron. ¡Bendito encuentro desde entonces! ¡No sabes lo que agradezco a la vida la oportunidad que me ha dado de conocerte! Te guardaré en el recuerdo especial de aquellas personas que me han dejado huella profunda en mi breve paso por este mundo.

En ti siempre he visto algo más que un trabajador asalariado que cumplía con su trabajo diario. La vida me ha dado la oportunidad de conocer a la persona extraordinaria que hay detrás. No eras solamente el CONSERJE, con mayúsculas, o nuestro querido portero. Has sido, y espero que sigas siendo, una maravillosa persona llena de ternura, humanidad y de trato exquisito, cualidades de las que no has hecho gala ni ostentación, sino que fluyen de una manera natural de ti.

Sentiré muchísimo no poder disfrutar de tu compañía diaria. Entrar cada día por la puerta de entrada y buscarte con la mirada para desearte ¡Bon dia! era uno de los pequeños placeres que me alegraba el inicio de un trabajo lleno de retos diarios diferentes. El saber que tú estabas en el centro dispuesto a solucionar la menor pega material siempre me ha dado una seguridad y confianza absoluta. Una ventana que no cierra bien, una silla rota o coja, un baño atascado o con goteras, grifos que no cierran, enchufes, tornillos…una montaña de cosas pequeñas hechas con amor e ingenio acompañado de la delicadeza propia de quien saber acariciar una flor del jardín o podar las plantas sin herirlas para que puedan renacer más verdes y fornidas.

Y por supuesto ¡El rey de las fotocopias! ¡Cuánta paciencia has derrochado con nuestras prisas de última hora por tener las fotocopias en el momento! ¡Cuántas habilidades has desarrollado junto a la multitud de máquinas con las que has trabajado! “¡Por las dos caras, reducidas, a DINA 3 y 250 copias para mañana poder publicar la Revisteta!” te hemos dicho en muchas ocasiones, y tú con una prudente sonrisa te has puesto manos a la obra diligentemente.

Si se escribiesen libros sobre todo lo que has hecho por nosotros y por quienes han pasado por esta escuela a lo largo de 30 años, los libros no cabrían en la biblioteca de Ferreries. Cada libro estaría lleno de pequeñas historias, historias infantiles, de padres, de profesores y de tanta gente que ha convivido en este colegio. En esas historias menudas se entrecruzan las alegrías por los nacimientos de hijos y hermanitos que has compartido con alumnos y profesorado, con las tristes desapariciones de algunos de ellos. Has sabido compartir los dolores de las pequeñas heridas del cuerpo en tu botiquín, con los sinsabores del alma de aquellos y aquellas que han acudido a ti para desahogarse en el reducido espacio de la conserjería. Llorens, durante muchos años, has desarrollado esa labor silenciosa, callada y muchas veces poco valorada, de ser la primera persona que ha hecho la excelente labor de embajador, de dar la cara, de recibir a cualquier persona que se acercase al centro, acompañarla y presentarla. Durante muchos años has sido la cara amable del centro, su mejor tarjeta de visita.

A lo largo de 30 años, los niños y niñas han acudido a ti sabiendo que en ti encontrarían soluciones: desde un encargo de la clase hasta las curaciones del cuerpo, que eran las más fáciles, y las del alma, que son las más complicadas. Y tengo que decir que nosotros, los profesores también hemos acudido a ti buscando siempre soluciones o simplemente para poder disfrutar de unas amenas “xarradetas”, a las que siempre ponías tu pizca de “seny”.

Has acompañado tu buen hacer con unas palabras que solamente de oírlas invitaban al sosiego y a la calma. Siempre, siempre has puesto lo mejor de ti a la hora de curar y aconsejar, y has dado mucho más de lo que las funciones de tu trabajo requerían. Has puesto corazón, amor y ternura. Has dado vida. ¡Nos has dado una auténtica lección de vida y de valores humanos a todos los que hemos disfrutado con tu presencia!

Dicen que una persona se ha realizado en esta vida cuando ha plantado un árbol, ha tenido un hijo y ha escrito un libro. Plantar árboles y tener hijos, está claro que lo has hecho. El libro lo has escrito, no con pluma, sino que lo has cincelado con tu buen hacer y bien estar en todos y cada uno de los corazones de quienes te hemos tratado.

¡Bendito seas Llorens! “¡Homes com tú ja no es fan!”

De todo corazón

Pepe

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