lunes, 26 de octubre de 2009

LAS CUATRO ESTACIONES DE LA VIDA, LOLA

Miro y remiro las fotos del blog de Agustí. LOLA, no puedo dejar de pensar que ya no te volveré a ver físicamente con estos ojos humanos, que no sentiré tu contagiosa risa, tus acertados comentarios sobre la vida. Se hace difícil no encontrarte cuando abro mi puerta o cuando llego a tu casa. A veces ni me lo creo y pienso que entrarás de nuevo, que me llamarás por teléfono, que seguiremos haciendo planes conjuntos…pienso, pienso y no me lo creo.
El otoño ha llegado a la naturaleza. A primera vista parece la decadencia de la naturaleza, con la lenta agonía de los árboles, la desaparición de los cultivos verdes y frondosos que nos proporcionaban las fértiles huertas cercanas. Hasta el cielo se encabrita y nos suelta sus torrenciales aguas. Hemos languidecido de repente. Todavía seguíamos con las esperanzas puestas en tu paulatina recuperación del verano, cuando tú LOLA te nos has ido en el albor del otoño, con las primeras lágrimas de la naturaleza.
Por si fuera poco, al otoño le sucede el invierno. Se recrudecen los vientos, las lluvias, se desatan temporales y estallan tempestades. Hace frío. Se nos ha enfriado el alma. Nos queda un duro invierno para poder reencontrarte y reencontrarnos entre la ventisca que se nos ha venido encima. Es la época de los silencios íntimos, que como decía el poeta hace que los recuerdos sean más densos, se aposenten y los destilemos para lograr la más pura y amorosa esencia
Por muy duras que sean las condiciones que la vida nos ha impuesto ahora, pienso en lo que pensaba aquel pagés que miraba gozoso a sus campos cubiertos de nieve y sembrados en otoño: “Las plantas crecen p’a dentro”. La aparente dureza externa no hace más que regar, alimentar y hacer crecer más fuerte a la futura planta, a la espera de la primavera.
¡Llegará la primavera para todos nuestros corazones atribulados, llegará! El tibio e incipiente sol calentará la atmósfera y tímidamente los primeros brotes de vida, de esperanza en un futuro prometedor, palpitante, apasionante, vencerán a los miedos y oscuridades del alma atormentada por el gélido azote que hemos acogido temporalmente en nuestro interior. La vida retrobará su pulso y personas y proyectos cobrarán un nuevo significado. El verano completará el ciclo de la vida y nos saturará de vida.
Si hay una foto de tu blog, Agustí que destaca por encima de todas para poder solventar este otoño duro y el invierno cruel próximo es la que tú titulas “El teu somriure”. LOLA nos está diciendo con los ojos, con la sonrisa y con ese gesto suyo tan peculiar aquello de “Venga chatos” A mí me consuela un montón, me anima a seguir. “Venga chatos”
Con inmenso cariño, LOLA
Pepe

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